¿Está la civilización al borde del colapso?

Escrito por 72ykh

Tecnólogo y apasionado por la ciencia

En su apogeo, el Imperio Romano albergaba aproximadamente el 30% de la población mundial y era la cúspide del progreso humano. Sus ciudadanos disfrutaban de calefacción central, hormigón, ventanas dobles, banca, comercio internacional y movilidad social ascendente. Roma se convirtió en la primera ciudad con un millón de habitantes y fue centro de progreso tecnológico, legal y económico. Era un imperio imposible de derrocar, estable, rico y poderoso. Hasta que dejó de serlo.

El colapso de las civilizaciones es la norma, no la excepción. La mayoría colapsa después de 340 años de existencia. Se pierden conocimientos, los estándares de vida disminuyen, aumenta la violencia y, a menudo, la población decrece. Las civilizaciones desaparecen por completo, son absorbidas por vecinos más fuertes o algo nuevo emerge.

¿Y qué hay de nosotros hoy en día? Si bien hemos logrado avances tecnológicos y comodidades, ¿corremos el riesgo de perderlo todo?

La fragilidad de la civilización globalizada

La civilización globalizada actual es aún más vulnerable que los imperios pasados debido a nuestra interconexión profunda. Un colapso del mundo industrializado significaría la muerte de la mayoría de las personas vivas hoy en día, ya que sin la agricultura industrial ya no podríamos alimentarlas. Existe un riesgo aún mayor: la posibilidad de que un colapso sea tan devastador que no podamos reindustrializarnos nuevamente, arruinando así nuestras posibilidades de un futuro próspero como una especie multiplanetaria.

La probabilidad del colapso

Aunque los colapsos de civilizaciones han sucedido regularmente, ninguno ha detenido el curso de la civilización global. Aunque Roma colapsó, otros imperios como los Axumitas o los Bizantinos continuaron. No hemos visto eventos que maten más del 10% de la población mundial, como pandemias, desastres naturales o guerras. Incluso la Peste Negra, que mató a un tercio de los europeos en el siglo XIV, demostró la resiliencia de la humanidad. La sociedad se recuperó a largo plazo y el conocimiento perdido fue reconstruido.

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Aunque tenemos el poder destructivo inigualable de las armas nucleares y corremos riesgo de pandemias globales, si incluso el 99% de la población muriera, tendríamos razones para ser optimistas. Aún quedarían millones de sobrevivientes que sabrían cómo producir alimentos y podrían reconstruir la civilización con el conocimiento y la tecnología transmitida a lo largo del tiempo. A pesar de las dificultades, hemos demostrado resistencia y capacidad de recuperación a lo largo de la historia.

Preparándonos para el futuro

Aunque hay riesgos preocupantes, todavía tenemos tiempo para prepararnos y mitigarlos. Debemos evitar el uso de carbón fácilmente accesible, ya que nos ayudaría a recuperarnos de una crisis. Además, contamos con la información necesaria para reconstruir la civilización, ya que gran parte del conocimiento científico, tecnológico y cultural se encuentra en bibliotecas y sobreviviría a un colapso.

Aunque existen amenazas graves, la humanidad ha demostrado resiliencia y capacidad de recuperación. Incluso en el peor de los escenarios, es probable que nos recuperemos, aunque con pérdidas culturales y tecnológicas. Pero dada la importancia de las apuestas, es crucial prepararnos y mitigar estos riesgos para construir un mundo próspero para las generaciones futuras.