A lo largo de miles de millones de años, se ha librado una guerra en la que monstruos bien armados luchan entre sí por sobrevivir, sin tener un interés particular en nosotros. La mayoría de ellos son relativamente inofensivos, ya que nuestros sistemas inmunológicos pueden lidiar fácilmente con sus armas, pero hay excepciones. Uno de estos monstruos es Negleria fowlery, una ameba que no solo ha desarrollado un gusto mortal por los cerebros humanos, sino que también es un enemigo formidable para nuestras defensas y protagoniza titulares dramáticos.
Negleria fowlery es una ameba, un microorganismo con núcleo y una de las formas de vida más pequeñas en la Tierra. Es un cazador voraz de bacterias y otras criaturas que devora enteras y despedaza en pedazos. Al igual que muchas amebas, puede transformarse en diferentes etapas para sobrevivir, pero la mayoría del tiempo está en su etapa de trofozoíto, en la que parece un bloque esponjoso con brazos pequeños y se mueve y se multiplica. Su hogar natural son las aguas dulces: estanques, ríos, lagos y aguas termales, pero desafortunadamente también puede sobrevivir en tuberías, piscinas, fuentes o jacuzzis si no se tratan adecuadamente. Cuanto más cálida es el agua, más prospera y se multiplica. Por lo tanto, en verano, cuando los humanos buscan refrescarse y divertirse, las posibilidades de interacción entre ambas especies son más altas.
Esto dificulta evitar el contacto con la ameba, especialmente en climas cálidos, donde millones de personas tienen contacto regular con ella. Incluso muchas personas parecen tener anticuerpos contra ella, lo cual es en su mayoría inofensivo. Incluso puedes tragarla sin consecuencias. Las cosas se complican cuando las personas bucean o nadan en agua contaminada con la ameba y salpican agua hacia arriba en sus narices. En una sola gota de agua de un lago hay millones de virus, bacterias y amebas, lo cual no es un problema importante, pero Negleria fowlery es diferente.
Imaginemos lo que sucede cuando esta monstruosa ameba entra en tu cuerpo…
Para empezar, la ameba no quiere realmente estar dentro de tu nariz, ya que no está buscando problemas, solo quiere comer algunas bacterias. Pero cuando ingresa a tu nariz, se encuentra con tus defensas naturales, como la mucosidad, que mata o aturde a los invasores. Sin embargo, Negleria fowlery parece no verse afectado por ellas y continúa su camino hacia el bulbo olfatorio, el centro del olfato en el cerebro.
Tus células cerebrales son víctimas indefensas, ya que liberan aceticolina, una sustancia química importante para la comunicación, y la ameba se siente irresistiblemente atraída hacia ella. Una vez que Negleria fowlery ingresa al tejido cerebral, comienza una masacre y libera diversos ataques contra las células cerebrales. Estos ataques incluyen sustancias químicas que desgarran agujeros en las células, para ser devoradas.
Mientras tanto, las células del sistema inmunológico intentan combatir a la ameba, pero en vano. La batalla se vuelve cada vez más intensa y provoca inflamación en el cerebro, lo cual atrae más flujo de líquido. Esto resulta en síntomas como dolor de cabeza, fiebre, náuseas, vómitos, confusión, fatiga, convulsiones y alucinaciones. El cerebro se hincha masivamente y presiona el tallo cerebral, que controla cosas como la respiración. En casos extremos, la infección puede ser mortal.
Negleria fowlery es sin duda un enemigo mortal y una infección horrible, pero es importante destacar que solo ha habido algunos cientos de casos en las últimas décadas. Es mucho más probable ahogarse en una piscina que infectarse con la ameba. Para que ocurra la infección, la ameba debe ingresar profundamente en la nariz, afianzarse y superar las defensas. Aunque es una enfermedad seria, no representa un gran riesgo para la salud pública. Aun quedan muchas preguntas sin respuesta sobre cómo una ameba que se encuentra generalmente en agua abierta puede superar tan eficazmente a nuestro sistema inmunológico.
No obstante, es importante tener información sobre Negleria fowlery y tomar precauciones al nadar en aguas dulces, especialmente en áreas donde se han reportado infecciones. Y aunque es muy raro contraer esta infección, siempre es mejor estar informado y protegerse siempre que sea posible.