En el reino de las hormigas, se libra una guerra constante. Durante más de 100 millones de años, estos seres ancestrales han demostrado ser una de las especies más dominantes del planeta. Con más de 16,000 especies diferentes y más de diez billones de individuos, las hormigas representan el 20% de la biomasa animal en tierra. Su fórmula para el éxito es la colaboración. Aunque individualmente no son especialmente impresionantes, juntas pueden lograr hazañas asombrosas: construyen complejas colonias, cuidan de su ganado, practican la agricultura y establecen relaciones simbióticas. Sin embargo, también llevan a cabo guerras entre sí y dentro de su propia especie.
Las Hormigas Guerreras
Un grupo de hormigas particularmente interesante es el de las hormigas guerreras, compuesto por alrededor de 200 especies diferentes. Estas hormigas son nómadas y no construyen nidos. En lugar de ello, forman grandes columnas de millones de individuos que se desplazan en busca de presas. Algunas de estas especies pueden matar y desmembrar insectos y pequeños vertebrados en su camino, llegando a matar hasta 500,000 animales por día. Especialmente destacable es su capacidad para cazar y consumir otras especies de hormigas, incluyendo avispas y termitas. Aunque las avispas pueden parecer invulnerables, cuando se encuentran con un enjambre de hormigas guerreras, se ven rápidamente superadas y sus colonias son saqueadas, sin posibilidad de recuperación.
Cuando dos enjambres de hormigas guerreras se encuentran, en lugar de luchar, eligen evitar el conflicto y simplemente se separan. Esto se debe a que en el pasado, las hormigas guerreras que luchaban entre sí se extinguieron. Otras especies de hormigas han tenido que adaptarse a la presencia de las hormigas guerreras, evitando el conflicto al evacuar su nido o construyendo refugios vivientes. Estos refugios se componen de hormigas obreras con cabezas cuadradas que bloquean las entradas de los nidos para evitar el avance de las hormigas guerreras.
La Batalla de las Hormigas Cortadoras de Hojas
Las hormigas cortadoras de hojas son otra especie que se enfrenta a las hormigas guerreras. Estas hormigas forman sociedades complejas, con millones de individuos viviendo en nidos extendidos. Su sistema de trabajo en conjunto se basa en una división laboral altamente sofisticada. Aunque su presencia impone un gran desafío para las hormigas guerreras, las cortadoras de hojas también tienen un enemigo formidable: la Hormiga Pneumomurmix, la única especie conocida capaz de atacar con éxito una colonia madura de cortadoras de hojas.
Cuando la Hormiga Pneumomurmix localiza una colonia de cortadoras de hojas, cientos de miles de ellas atacan en una larga columna. Las hormigas cortadoras de hojas responden rápidamente y se preparan para la batalla. Sus soldados bloquean el avance de las hormigas guerreras, utilizando sus poderosas mandíbulas para intentar cortarles la cabeza. Mientras tanto, las obreras más pequeñas ayudan desmembrando a las hormigas enemigas. Aunque las hormigas guerreras superan en número a las cortadoras de hojas, estas últimas se defienden construyendo barricadas y sellando la mayor cantidad de entradas posible a su nido. Sin embargo, si no logran frenar el avance de las hormigas guerreras, estas invaden el nido, se adentran en las cámaras ocultas y roban a miles de larvas de cortadoras de hojas para comérselas.
Estas son solo dos fascinantes batallas dentro del mundo de las hormigas, pero existen muchas otras especies que también forman peligrosos ejércitos. Estas supercolonias se extienden por miles de kilómetros cuadrados en múltiples continentes y se involucran en guerras que abarcan kilómetros. La guerra es parte inherente de la existencia de las hormigas, ya sea en las selvas tropicales o en las grietas del concreto.