En el vasto universo, miles de millones de estrellas orbitan desordenadamente el centro galáctico. Nuestro vecindario solar cambia constantemente a medida que las estrellas se mueven a velocidades increíbles.
Si nos topáramos con una supernova o una lluvia de asteroides, tendríamos muchas advertencias pero una capacidad limitada para intervenir. Mover nuestro sistema solar requeriría un motor estelar, una megaestructura que pueda guiar una estrella a través de la galaxia.
Un concepto de motor estelar es el Shkadov Thruster. Este espejo gigante refleja la radiación solar para crear empuje y empujar lentamente al sol en una dirección específica. El espejo debe ser ligero y tener forma de parábola para evitar calentar excesivamente el sol.
El Kaplan Thruster, otro concepto de motor estelar, está propulsado por una esfera Dyson y dispara rápidos chorros de partículas para empujar el sol y el sistema solar. Requiere una gran cantidad de combustible extraído de la superficie del sol mediante campos electromagnéticos y reactores de fusión nuclear.
Ambos propulsores tienen limitaciones, pero ofrecen la posibilidad de controlar la órbita del sol durante millones de años. Construir un motor estelar permitiría a las generaciones futuras viajar a otras estrellas sin adentrarse en la inmensidad del espacio interestelar.