Cáncer es algo misterioso y espeluznante, pero a medida que intentamos comprenderlo, hemos descubierto una paradoja biológica que sigue sin resolverse: los animales grandes parecen ser inmunes al cáncer, lo cual no tiene sentido. Para entender esto, primero debemos comprender la naturaleza del cáncer en sí.
La naturaleza del cáncer
Nuestras células son robots proteicos compuestos por cientos de millones de partes. Son guiadas por reacciones químicas que crean y deshacen estructuras, mantienen el metabolismo y se reproducen casi a la perfección. Estas reacciones químicas son como una red bioquímica interconectada y apilada. Aunque son difíciles de comprender para una sola mente humana, funcionan sin problemas hasta que algo sale mal.
Nuestras células tienen mecanismos de autodestrucción que se activan para prevenir que algo salga de control, pero a veces esos mecanismos fallan y una célula se convierte en una célula cancerosa. La mayoría de estas células son eliminadas rápidamente por el sistema inmunológico, pero todo es un juego de números. Con suficiente tiempo, una célula acumulará suficientes errores sin ser detectada y comenzará a replicarse.
El misterio de los animales grandes
Todos los animales tienen que enfrentarse a este problema. En general, las células de diferentes animales son del mismo tamaño, pero los animales más grandes tienen menos células en total y viven menos tiempo. Esto debería significar que tienen menos posibilidades de desarrollar células mutantes y, por lo tanto, menos posibilidades de desarrollar cáncer. Sin embargo, esto no se cumple en la realidad.
Los humanos, por ejemplo, viven aproximadamente 50 veces más que los ratones y tienen 1.000 veces más células. Sin embargo, la tasa de cáncer es básicamente la misma en humanos y ratones. Incluso las ballenas azules, que tienen alrededor de 3.000 veces más células que los humanos, no parecen desarrollar cáncer en absoluto.
Las posibles explicaciones
Los científicos proponen dos explicaciones principales: evolución y hipertumores.
Solución 1: Evolución
Con la evolución, los animales más grandes desarrollaron mejores mecanismos de defensa contra el cáncer. A medida que los seres multicelulares se volvieron más grandes y acumularon más células, se hizo necesario invertir en mejores defensas contra el cáncer para evitar consecuencias catastróficas. Los animales que no pudieron hacerlo se extinguieron.
Solución 2: Hipertumores
Los hipertumores son tumores de tumores. A veces, las células cancerosas mutan rápidamente y una copia de la célula original puede volverse «egoísta» y dejar de cooperar con las otras células del tumor original. Estas células mutadas pueden formar un nuevo tumor que corta el suministro de sangre al tumor original, lo que resulta en su muerte.
Aunque existen otras explicaciones posibles, aún no sabemos con certeza por qué los animales más grandes tienen menos cáncer. Los científicos continúan investigando para descubrir cómo los animales grandes son tan resistentes a esta enfermedad mortal. Comprender esto podría abrir el camino para nuevas terapias y tratamientos contra el cáncer. Aunque el cáncer siempre ha sido un desafío, estamos comenzando a comprenderlo y esperamos superarlo en el futuro.